miércoles, 29 de febrero de 2012

LA LEYENDA DEL DIOS PAN

No tengo nada hecho, no tengo nada pensado, no tengo nada en borrador, no tengo vergüenza...
Pero lo que sí tengo es un proyecto para "algo" que voy a llevar a cabo dentro de unos días y me consume todo mi tiempo. 
También tengo un montonazo de material para poner "refritos" de entradas olvidadas de hace tres o cuatro años y ...¡bueno, siempre hay alguna viñeta que echarse a la boca...! Así que hoy os dejo una leyenda, unas pequeñas rimas y una viñeta para que hagáis boca. 
 

Según la leyenda, el dios Pan era un hijo de Zeus al que su padre no quiso reconocer debido a su fealdad. Con cuernos, patas y pezuñas de cabra, sumamente peludo, los otros dioses del Olimpo le despreciaban y no le reconocían como uno de ellos.
A Pan esto no le importaba. Él no pretendía formar parte de esa corte y prefería vivir en la Arcadia (parte central del sur de Grecia) entre los mortales, viviendo como pastor cuidando panales, cabras y ovejas y disfrutando de las fiestas que organizaban las ninfas del bosque.
Su distracción favorita era esconderse entre los matorrales y asustar a los caminantes, los cuales al ver su fealdad huían despavoridos presa del pánico.
(La palabra pánico, viene del nombre de Pan)

Entre las muchas ninfas a las que cortejó se encontraba Sirinx, era su favorita y la más bella de todas, pero ella no le quería y pidió a los dioses que la libraran de su acoso, por lo que estos accedieron a sus deseos y la convirtieron en caña.
Pan la buscó inútilmente y lleno de tristeza, se fue a la orilla del río y cortó una caña para hacerse una flauta. Quiso el destino que la caña que cortó, al no reconocerla, fue la de Sirinx y con ella se hizo el instrumento con el que tocó una triste melodía que reflejaba la dulce y tierna voz de su amada

La flauta de Pan es conocida por varios nombres:
En Europa, se la conoce como Flauta de Pan o Siringa ( de Sirinx)
En América, como rondador o zampoña.

 
En mi blog todo es ficción,
no me tomo nada en serio,
por eso con buen criterio
me he comido un chuletón...

Después probé una fabada,
(con oreja y con rabito)
y como no engorda nada
también puse un choricito.

Con una ensaimada seca
hice un pudín que ¡pa qué!
kilo y medio pesó el “bicho”
y también me lo zampé. 


Y de postre unos chistes de mi admirado Forges.




¡Y eso es to... eso es to... eso es todo, amigos...!
Pedro.M.B.

domingo, 19 de febrero de 2012

HÍGADO CON CEBOLLA CARAMELIZADA A LA MIEL.


Además de los caracoles, hay muchas otras "delicatessen" ante las que un tanto por ciento muy elevado de las "personas humanas" de la población del mundo mundial arrugan el hociquillo y una de ellas es el hígado, en el apartado de "vísceras y menudillos" y si a eso le añadimos que es encebollado (perdón, "encebollao"), pues...
Pero hay que comer de todo, así que manos a la obra, que está muy rico (a mí, me encanta) (¡bueno, a mí me encanta casi todo...)
Lo primero, es ir a la Higadería y pedirle al higadero que nos corte unos filetes de hígado. Yo suelo comprarlo de vacuno, pero el cerduno tampoco está mal. Le pedimos al higadero que nos lo corte fino porque es para la plancha.
Preguntamos si hay que pagar algo (normalmente dicen que sí) y nos vamos a nuestra casa.

ingredientes:

La cantidad de hígado que precisemos, por ejemplo 1Kg.
3 cebollas hermosotas.
aceite de oliva.
sal.
2 cucharadas de miel ( o menos, a voluntad)

En una cacerola, sartén, utensilio o cacharro con fondo sofreímos la cebolla cortada en juliana hasta que cambie un poco de color sin llegar a caramelizarse y poco a poco vamos añadiendo miel (sin dejar de remover) con una cuchara de madera para no arañar la sartén, esperando a que se disuelva y se termine de caramelizar.
Reservamos.

 A continuación echamos (con muy poquito aceite) los filetes de hígado y la sal hasta que el hígado cambie de color.
Servimos con el hígado sobre una "cama" de cebolla caramelizada.(yo, como era mediodía, lo puse sobre un sofá)
Para darle alegría al plato y a los sufridos inapetentes del hígado, freímos unas patatas y lo servimos todo junto.
Nota / Los filetes de hígado y la cebolla caramelizada de la foto, son una "creación" de mi "santa contraria", siendo el resto de la entrada, fruto de mi mente calenturienta. (Al César lo que es del César y a la Contraria lo que es de la Contraria)


Pedro.M.B.

domingo, 12 de febrero de 2012

EN MALLORCA TAMBIÉN NIEVA (y yo estoy muy vago...)



Hoy ha amanecido nevando en Cala Rajada. Que nieve en La Tramontana es normal, pero a la orilla del mar... ¡Muy pocas veces!
Como todos los días, mis perras me han dicho que había que levantarse y salir a estirar las patas, pero cuando he abierto la puerta del jardín interior de mi casa para ir al garaje nos hemos encontrado con la imagen que podéis apreciar en la foto.
"¡ESTO NO ESTABA EN EL GUIÓN!"  me han dicho asombradas (no saben lo que es la nieve). Así que hemos hecho un paseo rápido y nos hemos vuelto para casa, porque con los 3ºC que marcaba el termómetro del coche, la nieve, la humedad y el aire que hacía, no daban ganas de paseos.
Todo eso, unido a que estoy muuuuy vago, hace que hoy os ponga un refrito de una entrada anterior, convenientemente tuneada y con viñetas y chiste nuevos .
¡Ahí queda eso...!

CONSEJOS HOGAREÑOS PARA INÚTILES.
CÓMO ABRIR UNA LATA "ABRE-FÁCIL"

Queridos inútiles:
En entradas anteriores os he dado instrucciones y consejos sobre tareas hogareñas y cociniles para el feliz desarrollo de vuestra vida en el hogar. Cambiar un pañal, calentar café con leche en el micro-ondas, cocinar "Quelque chose a le rien de rien" (alta cocina francesa) y cocer o freír un huevo, no creo que tengan ya secretos para vosotros, así que rizando el rizo , hoy nos vamos a poner a la ardua y peligrosa tarea de abrir una lata abre-fácil.

Los que leísteis la receta de las sardinas en aceite, pensaréis que es más de lo mismo, pero no. Vamos a tomar todas las medidas de seguridad para que la apertura de ese invento maquiavélico no suponga un riesgo para la seguridad personal y la limpieza del hogar. ¡Vamos allá...!

Cómo abrir una lata abre-fácil.

Las latas abre-fácil, salvo las de alcachofas en su jugo, los pimientos del piquillo y alguna otra que se me olvida, suelen ir llenas de aceite que, me da igual sea de oliva o vegetal, resbala como una pastilla de jabón en una ducha penitenciaria y cuanto más pequeñas son, más peligrosas resultan. El índice de peligrosidad más alto lo tienen las latas de anchoas, así que es necesario proveerse de una serie de artilugios, medidas y precauciones para llegar a buen fin.

Elementos imprescindibles.

Un casco de moto.
6 ó 7 periódicos (si tienen dominical, mejor)
Guantes gruesos de los de sacar cosas del horno.
Un delantal de cuello vuelto.
Un CD con marchas militares.

Elementos de precaución.

Cubo de agua con detergente.
Fregona (hay que leerse antes las instrucciones)
Trapos de cocina (un mogollón)
Caja de gasas.
Caja de vendas.
Caja de tiritas.
Un CD en el que una voz querida, nos cante eso de "Cura sana, culito de rana..."

Proceso y puesta en marcha.

Nos colocamos el casco y el delantal, poniendo el CD de marchas militares a todo trapo, para insuflarnos valor.
Con los periódicos bajo el brazo izquierdo y levantando el derecho hasta la altura del hombro, desfilamos hacia la cocina como si fuésemos un gastador (*) en un desfile.
(*) Para los no versados en temas militares, gastador es el soldado que abre la marcha en los desfiles. Suele ser el más alto. (yo no pude ser gastador...)
Ignoramos las risitas, rechuflas y cachondeos de nuestros familiares femeninos (la marcialidad no la llevan dentro como nosotros...)
Empapelamos el suelo de la cocina con una triple capa de periódicos.
Nos dirigimos hacia el mueble donde guardamos las latas.
Nos enganchamos los pies con los periódicos y nos damos una chufa monumental contra una esquina de la mesa...¡¡¡NO PASA NADA!!! el casco ha cumplido su misión y no nos hemos dejado los sesos contra la esquina maldita, pero nos ha golpeado en el puente de la nariz y sangramos un poquito...Restañamos la sangre con unos paños de cocina y mientras nos despejamos oímos las marchas militares para infundirnos animo.
Con determinación, cogemos una lata ¡¡¡QUIEN DIJO MIEDO, LA MÁS PELIGROSA, LA DE ANCHOAS...!!!
Antes de ponernos los guantes de cocina, separamos con la uña del dedo índice de la mano derecha la anilla de la lata.
Se nos separa la uña de la carne y cual guerrero herido en campo de batalla exclamamos ¡¡¡AAAGGG!!!... Nos ponemos una tirita mientras suspiramos.
Con la uña del dedo corazón de la mano derecha, procedemos a separar la anilla de la lata para su fácil apertura.
Nos ocurre lo mismo... Exclamamos ¡¡¡UYYYY!!! y nos ponemos una tirita mientras lloramos (bajito)
Utilizamos la punta de un cuchillo para separar la anilla de la lata, mientras exclamamos:
¡Seré gilí...!
Con la anilla de la lata un poco levantada es el momento de ponerse los guantes de cocina para evitar cortes innecesarios y peligrosos.
Con los guantes puestos no nos cortaremos al tirar de la tapa de la lata, pero debido a su difícil manejo se saldrá un poco del aceite, se nos resbalará la lata y debido a la fuerza varonil ejercida, la lata irá a tomar por saco a la otra punta de la cocina y en su recorrido regará de rico aceite de oliva, muebles, paredes, techos y el único trocito de suelo que no cubría el suelo la alfombra de periódicos... ¡Eso sí, nosotros ni una gota (bueno, un poco en le cara...) debido a la protección del delantal de cuello vuelto.
Recogemos las anchoas de la encimera, suelo, paredes y una que se quedó pegada en la lampara la despegamos ayudándonos con el palo de la fregona. Les quitamos el polvo, las colocamos en un plato y le echamos un poco de aceite (para disimular)
Retiramos los periódicos, pasamos la fregona, nos quitamos el delantal y el casco, y... como somos unos inútiles, no habremos leído las instrucciones de la fregona, no habremos fregado bien y resbalaremos, dándonos un guarrazo de padre y muy señor mio...
Mientras estamos inconscientes nos vendarán la cabeza con las vendas y las gasas, mientras nos ponen el CD de "Cura sana, culito de rana..."



Y ahora, el chiste de autor anónimo popular:
Un hombre naufraga en una remota isla del Pacífico, junto a Claudia Schiffer. Con el paso del tiempo y ante la imposibilidad de volver a la civilización, deciden hacer vida de pareja.
Los primeros dos meses todo va bien y los dos se muestran felices, pero una mañana el hombre comienza a languidecer y mostrar una tristeza muy profunda.
.-¿Qué te pasa, cariño, no eres feliz...? Le pregunta solícitamente Claudia al hombre.
.-¡Sí, pero me falta le compañía de un amigo masculino, con quien conversar y hablar de herramientas, fútbol, del la Mili y de las cosas que hablan los hombres...! 
.- No te preocupes, con las hebras de un coco me voy a hacer una barba y un bigote para parecer un hombre y así hablas conmigo como si fuese un amigo masculino.
Así lo hace y se hacen los encontradizos paseando por la orilla del mar.
.-¡Hola, me llamo Pepe! Dice Claudia Schiffer.
.-Yo me llamo Manolo y ¿sabes una cosa...? ¡ME ESTOY ACOSTANDO CON CLAUDIA SCHIFFER!
 
 Pedro.M.B.

miércoles, 8 de febrero de 2012

900 121 004 A QUIEN PUEDA INTERESAR.

¿A quién no le han llamado, normalmente a la hora de la siesta, para ofrecerle los servicios de una compañía de telefonía...? A mí continuamente, sobre todo la compañía JAZZTEL, que de forma machacona y desconsiderada (a pesar de mis ruegos de que no insistieran) han llegado a llamarme ¡hasta tres veces! en un mismo día para ofrecerme sus servicios.
Cansado de semejante acoso, decidí llamar al 1004 de Telefónica para que me dieran una solución ¡Y ME LA DIERON!. Solamente hay que llamar al 900 121 004 (llamada gratuita de Telefónica) y pedir que no accedan a tu número telefónico las llamadas de marcas comerciales. En 24 ó 48 horas tienes solucionado el problema.
Espero que dure...



Pedro.M.B.