Era una tarde de Invierno
y sin embargo llovía...
Me asomé al congelador
para ver qué es lo que había
y me encontré un costillar
que no sabía que existía...
Luego me fui a la despensa
y me puse a investigar
encontrando varias cosas
como voy a relatar:
Había tres zanahorias,
pimientos rojos y verdes,
un par de hojas de laurel
y unos ajos (con sus dientes)
También encontré cebollas,
medio bote de tomate
que no estaba nada mal
y pimiento choricero
en un tarro de cristal.
Y de remate final,
algo que me maravilla:
¡Una botella de aceite
con tropecientas guindillas
!
Y un litro de caldo rico,
de cocido en tetra-bric
y vino blanco (un buen vaso)
que nunca me falta a mí.
¿no me he olvidado de nada...?
¡Claro que sí, el pimentón!
el pimentón de La Vera
que a mí me gusta un montón.
¡Vaya cabeza que tengo!
¡no mencioné las patatas!
que son comida exquisita
y además son muy baratas...
Creo que está todo dicho,
no me he olvidado de nada,
así que paso a la prosa
para explicar la guisada.
Pues el caso es que tenía unas costillas (de cerdo y de cordero) que no habíamos utilizado este Verano en la barbacoa y como había que dejar sitio en el congelador y además no es conveniente tener las cosas congeladas más de veinte años, las descongelé y las deshuesé, dejando solo carne sin pizquita de hueso.
La carne, troceada en cuadraditos, se sofríe con el aceite de guindillas y se reserva.
Aprovechando el aceite (y un poquito más) se hace un sofrito con los ajos, las cebollas, los pimientos, los tomates, las zanahorias y el pimiento choricero, agregando el pimentón a última hora.
Se mete todo en la trituradora, ayudando a la máquina con un poco de vino blanco. Se deja que el artefacto haga ¡prrrrrrr! durante unos segundos y una vez conseguida una salsa la mar de guapa, se junta con la carne y el caldo, dejándolo a fuego ¡muuuuuyyyy leeeentooo! durante hora y media (o hasta que la carne esté blandita y comestible).
Aproximádamente 20 minutejos antes de que esté la carne hecha, echamos las patatas peladas y cortadas (por ese orden, no al revés) y cuando las patatas se puedan partir fácilmente con la cuchara de palo....¡YA ESTÁ!
Pedro.M.B.