¡Pues ya ves tú, no había hecho yo nunca una empanada...! Así que he comprado 6 kg de harina y 12 docenas (una gruesa) de huevos para hacer la masa ¡Qué venden la masa hecha...! ¡Ah bueenooo! pues ¡hala! a por la masa. (Acabo de acordarme de una coplilla que cantaba mi madre:
"Una recién casada hizo una olla, cuatro cántaros de agua y una cebolla..."
Ingredientes: Masa de hojaldre preparada. ¡Menos mal....!
"Pegotín" de mantequilla.
1 huevo.
1/2 kg de mejillones.
1/4 kg de gambas descaradas o frescas que es lo mismo. ¡bueeeeno, vaaaaale, descongeladas, pero crudas, sin cocer...!
350 grs de atún en aceite de oliva (escurrido)
300 grs de tomate de bote triturado.
2 cebollas.
3 pimientos verdes.
4 dientes de ajo.
3 hojas de laurel.
sal, pimentón picante, romero y tomillo (todo a gusto del chef)
Y ahora, los que han visto otras recetas mías, estarán pensando: ¿Y el borrachuzo este, no va a poner hoy nada de alcohol...?
¡Pues sí, copita de jerez dulce en lugar del azúcar y chorrete de brandy para infundirle valor al pisto.
Ponemos los mejillones al vapor con unas hojitas de laurel y cuando se abran los dejamos enfriar.
Picamos la cebolla, el ajo y los pimientos.
En aceite bien caliente, sofreímos la cebolla y los ajos.
Cuando estén listos estos, echamos el pimiento y cuando esté el pimiento, echamos el tomate, las especias, la sal y el jerez dulce.
Dejamos que se espese todo y echamos las gambas y los mejillones (sin cáscara), removemos un poco y ponemos el atún y el brandy.
Cuando se evapore el alcohol del brandy lo apartamos del fuego (que habrá estado todo el rato a intensidad media) y lo dejamos enfriar.
Ponemos boca abajo el molde en el que vayamos a poner la empanada sobre una de las "sabanas" del hojaldre y recortamos la superficie para que luego vaya como "tapadera" con la medida justa (soy aficionado, pero pienso)
Se embadurna el molde con el pegotín de mantequilla y se pone la otra "sabana" de forma que sobresalga por los bordes.
Vertemos el pisto después de dejarlo escurrir (que ya estará frío) uniformemente dentro del molde y hábilmente, como si lo hubiésemos hecho toda la vida vamos haciendo "gurruñitos con los bordes de la tapa y los bordes del molde que nos habían rebosado.
Pinchamos con un tenedor la tapa para que no suba y con lo que nos sobró de recortarla le hacemos el enrejado típico de las empanadas.
Batimos el huevo y pintamos con él la superficie de la empanada.
Metemos la empanada en el horno previamente calentado y la tenemos 25 minutos a una temperatura de 180º C.
Y ahora, como siempre que pasa igual, sucede lo mismo, os voy a poner una de mis rimas favoritas. Muchos ya la conoceréis, así que podéis marcharos sin hacer ruido con las sillas, los que queráis os podéis quedar, pero por favor, apagad los móviles.
A lomos de sus caballos,
D. Ginés y D. Rodrigo
se acercaron a yantar
a la Posada de Mingo.
- ¿Cómo estás Mingo, tunante...?
- ¡D. Rodrigo, bienvenidos,
feliz de volver a veros
en la Posada de Mingo...!
¡D. Ginés cuanta ventura
de que asoméis el hocico,
que ya os echaba yo en falta,
desde hace mes y pico...!
- ¿Qué nos puedes ofrecer
para calmar la gazuza,
aparte de ese buen vino
que tú sabes que nos gusta...?
- Tengo habas de Tolosa,
pimientillos de Padrón,
esparragos de Mendavia,
que también muy ricos son,
de Segovia, cochinillo,
de Madrid, tengo cocido
y también Técula-Mécula
que de Olivenza han traido,
tengo duelos y quebrantos,
tengo fritanga del Puerto
y unas migas de pastor,
que resucitan un muerto...
- Has dicho que tienes habas...?
- ¡Eso dije, sí señor
y son habas de Tolosa
que preparo con jamón...!
- ¡Entonces, quiero un buen plato...!
- ¡Yo también, igual que vos...!
-¡Lo lamento caballeros,
pero no hay para los dos...!
- Ginés, yo pedí primero,
pero por ser vos quien sos,
te lo jugaré a los chinos...
¡con las que saquéis son dos...!
- ¡Rodrigo, te has descubierto,
como me llamo Ginés,
con dos de vos y la mía,
yo diría que son tres...!
- Yo no tenía ninguna,
D. Ginés, ¡joróbate!
- Eso a mí, me suena a mofa
y no lo consentiré,
¡malandrín, sal a la calle,
que de leches te daré...!
- Las leches que podáis darme,
me las daréis con café,
que vos no pegáis ni sellos,
ni un cartel en la pared...
La respuesta, fué inmediata
y en un pis-pas, mire usted,
le metió el dedo en un ojo,
D.Rodrigo a D. Ginés.
D. Ginés, muy dolorido,
dijo: ¡Mecáchis, jopé...!
y con furia desbocada,
le atizó dos puntapiés...
En esto, intervino Mingo.
- ¡Caballeros, cálmense,
que por un plato de habas,
pegarse no es menester...
Una solución propongo
y vuelvan a ser amigos,
que no quiero yo peleas
en la Posada de Mingo.
Una escudilla en el centro,
dos cucharas de madera,
cucharada, paso atrás
y así no habrá más peleas...
¡Dense la mano señores,
dense un abrazo después...
- ¡Perdóname Rodriguete...!
- ¡Perdóname tú, Ginés...!
Y aquí acaba el sucedido,
que he contado en pobre glosa,
de lo que pudo haber sido,
la batalla de las habas,
de las habas de Tolosa...
¡Hala, ya podéis encender los móviles!
Pedro.M.B.