Sigamos con los refritos, aunque hay algunas comidas que están más sabrosas cuando pasan unas horas (y no es el caso de esta historia ja,ja,ja...)
Siempre he sido enemigo de las novatadas crueles que hieren la dignidad de la persona,pero cuando la novatada es simpática y el "sufridor" se ríe después con los que se la han jugado, deja de ser una novatada para pasar a ser una broma de amigos.
A mí me las jugaron cuando empecé a volar y después he sido yo el que las ha hecho. También debo aclarar que por aquel entonces teníamos entre 20 y 25 años y las ganas de juerga y bromas eran constantes.
LA SIGUIENTE HISTORIA PUEDE HERIR LA SENSIBILIDAD ESTOMACAL DE LOS LECTORES, ASÍ QUE "USTEDES VOSOTROS" VERÉIS SI QUERÉIS SEGUIR LEYENDO. ¡HE AVISADO...!
Normalmente los nuev@s comenzaban a volar en el DC-9, pero no sé por qué aquel día nos trajeron una "yogurina" que era su segundo o tercer vuelo y ¡claro! no se nos podía ir sin su ración de novatada (nosotros estábamos en el B-727), así que nos pusimos manos a la obra.
Según se bajó el último pasajero de aquel vuelo, salió el comandante de la cabina de mando y (en presencia de la "yogurina") me señaló una bolsa de mareo que había a los pies de una butaca y me dijo:
-No nos hemos movido, pero alguien ha echado la primera papilla.
-Sí, dije yo, y debe estar calentito todavía...
-¡Y nosotros sin comer...! ¡vamos, que con el hambre que tengo me lo comía ahora mismo...!
-¡No tienes tú narices de hacerlo...!
-Si me acompañas, me lo como...
La azafata pasaba la vista del uno al otro con una sonrisa tímida, pensando que estábamos de broma.
-¡Pues yo los "faroles" los apago moviendo las orejas...!
-¡Pues que nadie diga que yo me rajo...!
-¡Niña!, dijo el comandante, ¡trae un plato y dos cucharas!
Y ante la mirada horrorizada (y asqueada) de la pobre muchacha, vertimos el contenido de la bolsa de mareo en el plato y nos pusimos a comer diciendo: ¡Esta para papá y esta para mamá...!
No llevábamos más de dos cucharadas y la pobre criatura se fue corriendo al cuarto de baño con arcadas.
Lo que ella no sabía, era que la bolsa la había preparado yo con Coca-cola y galletas y que estábamos todos frotándonos las manos esperando que llegase el momento de la representación de la comedia.
Cuando se lo aclaramos todo, no paró de reírse en todo el día.
Pedro.M.B.
5 comentarios:
lo digo como lo pienso, no te enfades Pedro, pero, qué mamones...
Ja,ja,ja..¡No lo sabes tú bien, teníamos más peligro que un mono con una caja de bombas...!
¿Mamones, Aguijón? Eso es, (Los que no quieran oir esto, que se tapen los oidos) una veradera putada. Y todo con esa carita de santo barbudo que muestra en la fotografía. Para que veas que las apariencias engañan.
Yo os hubiera devuelto la bromita, diciendo que había otra bolsa de otro pasajero que si os la pasaba para que siguiérais...(puaj! me da asco hasta escribirlo)...engulliendo!
Creo que Aguijón y Terly se han quedado cortos, pero como soy una señora no diré lo que pienso. Parece mentira, con lo serio y circunspecto que te muestras siempre en tu blog y lo ortodoxo de tus recetas, ¡que fueras capaz de eso! vamos, vamos, no me cabe en la cabeza.
Shikilla, mira la entrada que hay encima de "La novatada" y lo comprenderás...
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