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Recetas de cocina para inútiles.-
Queridos inútiles:
¿Cuántas veces habéis soñado, en esos días fríos y lluviosos que os encontráis solos en casa y no tenéis a nadie que os atienda y os lo haga, tomaros un rico café con leche, sin necesidad de salir al bar o cafetería más próximos...?
Hoy vais a hacer realidad vuestros sueños, vais a aprender a hacer VOSOTROS SOLITOS café con leche... ¡Y además...!
¡EN EL MICROONDAS...!
Elementos necesarios.-
1 bote de café soluble
La leche. Esta puede ser: Entera (sin partir), semi-desnatada, desnatada, con vitamina C, con isoflavona de soja, semi-isoflavonada, en polvo, condensada, con omega-3, de vaca, de cabra, de camella, de búfala, lo que os decía antes ¡la leche...!
Azúcar (del azúcar, ya hablaremos)
Bote de nata montada (que esté frío)
Taza. (Para diestros o para zurdos, según hacia qué lado tengan el asa)
Cucharilla.
Un microondas.
Otro microondas (de repuesto)
Rollo de papel de cocina. Caja de Kleenex.
Bayeta. ¡B-A-Y-E-T-A!, no galleta
Procederemos a llenar la taza de leche, con el pulso temblón del primerizo emocionado ante su primer café con leche.
Desbordaremos la taza con la leche y tendremos que usar el papel de cocina para secar la encimera.
Volveremos a llenar la taza con más cuidado y con la cucharilla (mirando hacia arriba) pondremos azúcar.
recordad:
1 cucharadita de azúcar es de parcos.
2 cucharaditas es de golosos.
3 cucharaditas es de golosones.
4 ó más cucharaditas es de "C.A.D " (candidato a diabetes)
Con la misma cucharilla (sin chuparla) pondremos el café soluble.
1 cucharadita es normal.
2 cucharaditas es fuerte.
3 cucharaditas es... ¡de los nervios!
Removemos y lo llevamos al microondas al que habremos previamente abierto la puerta.
Usaremos la bayeta, para recoger el reguero de gotas que habremos dejado de la encimera al microondas.
Cerraremos el microondas.
Volveremos a abrir y utilizaremos (otra vez) el papel de cocina, para limpiar lo que habremos derramado al cerrar la puerta del microondas y golpear la taza que estaba demasiado al borde.
Encenderemos el microondas.
Veremos unas chispas azulitas y rojas, al tiempo que escucharemos un chisporreteo graciosísimo, ¡No! no son los fuegos artificiales de la fiesta del día del Carmen... ¡Es que hay que quitar la cucharilla metalica, pedazo de inútiles...! ¡Os acabáis de cargar vuestro primer microondas...!
Retiramos el cadáver microoóndico y enchufamos el microondas de repuesto.
Por supuesto repetiremos TODOS los pasos anteriores. ¡Quitando la cucharilla...!
Como cada persona tiene sus gustos, haremos pruebas con el tiempo y la potencia a emplear.
Pondremos el microondas en marcha y esperaremos a que haga ¡PLIN...! y se pare.
Abriremos el microondas y daremos un sorbito, para comprobar la temperatura...
Diciendo cosas horribles, escupiremos una telilla... No, no es la nata, es el velo del paladar...
¡estaba demasiado caliente!
Nos secaremos las lágrimas con un Kleenex y nos echaremos con la boca abierta, como si fuésemos un pajarillo, un buen chorro del bote de nata montada que teníamos fresquito, para calmar nuestra pobre lengua abrasada.
Llevaremos la taza a la mesa y mientras se enfría, volveremos a pasar la bayeta por el reguero de café con leche que dejaremos en el suelo.
Nos beberemos nuestro primer café con leche casero (si podemos...)
¡Veis qué fácil...!
Pedro.M.B.