Un matrimonio tenía dos hijos gemelos de los cuales uno de ellos nació mudo.
Cuando las criaturas ya tenían cuatro años, el padre que era muy devoto decidió llevar a Lourdes al niño mudo para ver si bañándole en las aguas se producía un milagro y su hijo podía hablar, por lo que haciendo un esfuerzo económico, ya que no andaban muy sobrados de dinero, compró dos billetes de tren e inició el viaje con el niño.
A las pocas horas de que padre e hijo llegaran a Lourdes, la madre recibió un telegrama:
-Milagro, milagro stop.niño habla stop, dijo ¡leches que fría!
A lo que la madre contestó con otro telegrama:
-Las leches te las daré yo a ti cuando vuelvas stop Te has llevado al que habla.
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