jueves, 1 de abril de 2010

DIFERENCIA ENTRE GENIALIDAD Y ESTUPIDEZ


La diferencia entre la genialidad y la estupidez está en que la genialidad tiene límites. Solo dos cosas son infinitas: El Universo y la estupidez.

Albert Einstein (1879-1955)

Es una frase genial, de un genio, ahora yo voy a poner el contrapunto:

SONETO DE UN INOCENTE.


Cien mil euros me encontré,
me dijiste que eran tuyos
y yo te los entregué
pensando que hacía el capullo.

Tuve total convicción
que el capullo había hecho
cuando vi que te marchabas
riendo muy satisfecho...

La lección tengo aprendida.
No me volveré a fiar
de una cara compungida

Y a mí mismo me prometo
que iré a pedirte los euros
cuando acabe este soneto.


Y después de leer a un gran científico como fue Antonio Lavoisier, padre de la Química Moderna y creador de la "Ley de la conservación de la Materia" (La materia no se crea ni se destruye, únicamente se transforma), yo he creado mi propia Ley:

LEY DE LA CONSERVACIÓN DE LOS ALIMENTOS.

LOS ALIMENTOS NO SE CREAN NI SE DESTRUYEN, ÚNICAMENTE SE COCINAN.

C= g+ch (2h) [ O d B]x F

Siendo C= cocido.

g= garbanzos.

ch= chicha.

2h= Dos horitas.

[ ]= en

O de B= olla de barro

F= fuego.
Pedro.M.B.

10 comentarios:

Valdomicer dijo...

Vaya mi propuesta para concederle el Premio Nobel de Cocina a Su Eminencia D. Pedro de Enserio Y Embroma.
Se admiten adhesiones.
Abrazos.

Pedro dijo...

Valdomicer.-
Totalmente de acuerdo, me adhiero.

Javier dijo...

Apoyaré la moción cuando consiga que sus platos me salgan sin cebolla, cebolleta, ajos y cosas similares. :)

Un abrazo.

Javier dijo...

Sonetillo con estrambote dedicado a la propia:

Entre chorizos y habas
y las flechas de Cupido,
como soy un tragaldabas,
mi corazón se ha perdido.

Cuánto más te me acercabas
más se iba haciendo el cocido
porque el fuego que me dabas
se sumaba al ya encendido.

¡Quién pudiera, corazón,
tener una cocinera
que ejerza bien su función!

A la mujer que me quiera
le pongo por condición
que domine la tartera.

Y si su madre le enseña
a respetar al marido
entonces... ya... ni te digo.

Un abrazo y… a cocinar ¡puñetas!, que en tiempo de vacaciones el bandullo no descansa. :)

Pedro dijo...

Javier.-
¿Acaso puede el hombre vivir sin alma...?
¡Pues eso...!

Pedro dijo...

Javier.-
Si tuviese que elegir
entre el amor y fogones,
me destrozaría el alma
la elección de dos pasiones.

Si elijo amor, está bien
pero me quedo a dos velas
y si elijo los fogones...
¡Dios mio la que me espera!

¡Ya tengo la solución
con la que me voy a quedar!
le ofrezco mi corazón
pero la invito a cenar
y le regalo unos versos...
¡Mejor no puedo quedar!

Estoy preparando una sopita que seguro te va a gustar...
(Y si no te gusta, me la tomo yo toda)

Javier dijo...

Es la hora de comer, estoy hambriento;
Don Pedro se olvidó la cacerola,
para mi que hoy le falta el condimento
en que se fundamenta la perola.

Mientras sigo esperando el alimento,
me tumbo ricamente a la bartola
en espera de un nuevo experimento,
porque sé que D. Pedro anda a su bola.

Es tiempo de cuaresma, no lo dudo;
hay que ayunar y andar con disimulo
si queremos cumplir con lo heredado

mas, antes que el bandullo se haga un nudo
es cosa bien sabida y no te adulo
que es muy malo dejarlo descuidado.

Un abrazo y… llevar las andas está bien pero, anda, anda y coge la sartén.

Pedro dijo...

Javier.-
Amigo Javier, es lo que tiene vivir a la orilla del mar en un sitio como Mallorca, cuando llegan fechas como estas, se reciben muchas visitas de amigos que aprovechan sus vacaciones y como puedes comprender, primero son los amigos y luego los pucheros y las teclas del ordenador.
En cuantico que acabe este evento, me pongo a la tarea otra vez.
Un abrazo.

Javier dijo...

¡Ah, Mallorca, Mallorca! Palma, Felanitx, Soller, Palma Nova, etc., etc., Yo solía oír misa en la iglesia de San Magín y, en época de exámenes, me pasaba por la que da cobijo a Santa Catalineta incorrupta para que me echase una mano y, ¡oye!, Santa Catalina no me decepcionó nunca.

Un abrazo y... tranquilo, tranquilo, no vaya a ser que por apurar mucho te salgan las cosas crudas. ;)

Tita dijo...

Me adhiero a lo de darle el Nobel a este buen hombre.

Genial genialísimo (y limitado, que hay que diferenciar)

Besitos