Sobre un tronco seco
se paró una urraca
a beber de un charco
que cerca se hallaba.
Mi gato Merlín
que muy cerca estaba
se quedó muy quieto
mientras la observaba.
Miró el ave al gato,
de reojo al agua
e inició su vuelo
batiendo las alas...
¿He sido cobarde,
o he sido muy sabia...?
meditaba el ave
mientras se alejaba.
Porque aunque realmente
la sed es muy mala,
solo hay una vida
y un montón de charcas...
Pedro.M.B.
5 comentarios:
Muy bonita tu poesia Pedro .Felices dias de descanso .Un beso
Muy bonita.
Curiosamente, al contrario, un día presencié la huida de un gato ante el acoso y agresividad de dos urracas. Desde entonces les tengo un poco de manía a estos pájaros.
Un abrazo de Jesús.
Os voy a contar un secreto, pero que quede entre nosotros ¿Vale...?
La historia, no fue así exactamente, la urraca le hizo frente a mi gato y este tuvo que salir por patas, lo que pasa es que a la hora de hacer la poesía, la adorné a mi manera (para eso la hice yo y es mía, ja,ja,ja)
Un abrazo y gracias por vuestros comentarios.
Ni el mismísimo Samaniego lo hubiera hecho mejor, aunque hayas querido dejar a tu gato como valiente, en realidad, la moraleja que tiene es clara.
A Shikilla.-
¿Samaniego...? ¡Me suena...!
¿En qué equipo juega...? Ja,ja,ja.
Un besote.
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