Sentí tu calor al despertarme,
acaricié tu silueta tentadora,
percibí tu aliento al acercarme
y te besé con pasión devoradora.
Gruñiste irritada ante mi beso,
me diste un codazo traicionero
y dándote la vuelta con enojo,
seguiste roncando con esmero.
Y ante aquella postura indiferente,
ya no supe si quererte y adorarte
o levantarme, ponerme los zapatos
y marcharme con la música a otra parte.
Pedro.M.B.
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